En realidad no importa lo que recibamos sino lo que somos capaces de dar por verdadero amor espiritual intenso, ese amor incondicional que no espera nada a cambio ni siquiera la gratitud de los demás.En la vida no se puede pasar sin que nadie te hiera o haber herido a los demás, pues nadie es perfecto, el qué esté libre de errores, de aprendizaje que tire la primera piedra, pero la grandeza está en aprender a perdonar a punto de partida de ese verdadero amor el cual lleva implícito el perdón.Estamos aquí en este mundo dual para eso, para aprender a amar y perdonar. Todo es un largo camino de aprendizaje de retorno hacia Dios.
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